Si acudimos a las primeras referencias de la historia cosmética nos encontramos que esta asociada con la medicina y las prácticas religiosas o simplemente a la higiene y el embellecimiento, finalidades actuales.
Tanto los hombres como las mujeres egipcios emplearon productos cosméticos, utilizaban pigmentos rojos en labios y mejillas, perfilaban sus cejas, coloreaban sus ojos y sus cabellos, así como aceites perfumados para mantener su piel flexible y tersa.
En Grecia la higiene corporal era una práctica habitual. Los ungüentos aparecen en la mitología griega con consideraciones sobrenaturales y propiedades mágicas.
En Roma Galeno creo la fórmula de la primera crema que se utilizaría siglos más tarde como la cold cream.
En la Edad Media debido a la influencia del cristianismo, los ungüentos cosméticos caen en desuso, solo el mundo musulmán mantiene viva la cosmética, enriqueciéndola con esencias orientales de fuertes aromas.
En los conventos se guardaron fórmulas cosméticas como la Hildegarda de Bingen (S.XII) para embellecer la cara a base de tila, romero, serpol, tomillo e hinojo, o la de los monjes cartujos llamada acqua mirabilis, antecesora de la actual agua de colonia.
En el Renacimiento se volvió a la ostentación y lujo, aumentando el consumo de aceites y perfumes.
En la corte de Isabel I de Inglaterra, fueron muy populares los tratamientos a base de agua de rosas para el cabello, el ungüento de flor de saúco, la salvia para blanquear los dientes, los baños en vino, las máscaras de clara de huevo y miel para alisar las arrugas y los pétalos de geranio como rojo de labios. También utilizaban productos peligrosos como el albayalde para blanquear sus caras y cuello, rojo de labios a base de sulfuro de mercurio, sublimado de mercurio para eliminar manchas y un tinte del cabello a base de sulfuro de plomo, cal viva y agua.
La falta de higiene era muy grande y se usaban perfumes para ocultar el mal olor, ya que no se utilizaba jabón. La elaboración de éste, conocida desde épocas anteriores, seguía desarrollándose como un arte, de manera que su escasa producción encarecía su precio y debía pagar impuestos, por lo que constituía un lujo fuera del alcance del pueblo.
El siglo XVII puso de moda la belleza femenina, rubia de largos cabellos, que simbolizaba la virginidad, por lo que muchas damas se aclaraban el pelo con lejía. Se pintaban las cejas con sulfuro de antimonio y se blanqueaban la cara, el escote y las manos con soliman (sublimado corrosivo).
El siglo XVIII se destacó por el uso abusivo de cosméticos, las mujeres sufrían la llamada “fiebre del colorete” los labios se pintaban en forma de minúsculo corazón, polvos de harina de arroz esparcidos por cuello y hombros y lunares repartidos por cara y espalda.
En el siglo XIX se suceden los avances científicos y empieza en Paris un pequeño comercio. Estos nombres aún perduran: Roger et Gallet, Pinaud, Guerlain, Bourjois.
Hubo un nuevo cambio de costumbres higiénicas y el baño volvió a practicarse. El primer jabón fue desarrollado por Procter en 1878, este producto producía abundante espuma.
En los últimos 100 años ha tenido lugar el auge de la cosmética que la Industria ha utilizado poniendo en el mercado productos nuevos y variados de calidad y eficacia que han modificado los hábitos de los usuarios.
La aparición del cine de color, la creación del make up o fond de teint, por el maquillador de Hollywood Max Factor, el esmalte de uñas y lápiz de labios, el autobronceador, el serum.
En 1907 el químico Eugene Schüeller fundador de L´Oreal inventó el primer tinte sintético para el cabello y en 1.936 el primer filtro solar.
En 1944 el farmacéutico de Florida, Benjamín Green, invento un aceite solar que convirtió en el famoso Copertone.
Los productos para el bronceado de la piel hicieron su aparición en los años 50, después de que Chanel pusiera de moda el bronceado.
La primera guerra mundial tuvo un impacto significativo y supone un paréntesis en esta floreciente industria, que se recupera en los años 50.
En el mundo de los perfumes, en 1951 Coco Chanel, encargó el mítico Chanel nº 5 al perfumista Ernest Beaux. Actualmente la industria del perfume esta dominada por los diseñadores de moda.
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